Antes de que los huertos de gandules existieran, ya mi abuela cosechaba sus propios gandules en el patio de su humilde casita. Las abuelas sabían que comer gandules resultaba increíble para la salud. Por eso siempre ocupaban su tiempo para sacar la mejor cosecha del año.
Nuestras abuelas sabían muy bien los beneficios de los gandules. Sabían “comer gandules” aprovechar sus ramas, sus hojas tiernas y cada parte de este encantado fruto.
Ellas nos enseñaron a comer gandules deliciosos en chambres o asopaos con ingredientes naturales, al probarlos podía uno tocar el cielo.
Aprendimos a realizar lo que hoy conocemos como guiso de gandules, un manjar delicioso para acompañar nuestras comidas. Así que gracias a nuestras abuelas hoy sabemos realizar sopas, papillas y harina y muchas creaciones culinarias con estas vainas.
Comer gandules nos proporciona muchos nutrientes
Hoy día sabemos que las vainas y las semillas de gandules sin madurar, se usan para ensaladas, pues se ha descubierto que comer gandules contienen muchos nutrientes necesarios para la buena salud. el gandul es una planta medicinal, ya que cuenta con grandes aportes antirreumáticos, diuréticos, hemostáticos y astringentes. Las flores y hojas tiernas se usan para problemas pulmonares. Con las cocciones de las hojas se pueden lavar heridas y afecciones cutáneas. Con la resina del gandul se hacen jarabe y medicamentos. Y por si fuera poco los gusanos que se encuentran en las hojas de gandules también son aprovechados en Madagascar y la india, para sacar una de las sedas más preciadas por experto.
Dato importante: el gandul no solo es consumido por los humanos, sino que también constituye el 30% de para la alimentación de aves y ganados.